Como ya sabréis trabajo en el IES Salvador Dalí, un centro que, personalmente, considero mi casa. Por los alumnos y por los compañeros, y no solo me refiero a los profesores, sino a todos los que trabajan en el centro: los conserjes, los fisios, nuestra enfermera, las chicas de secretaría, etc.
Desgraciadamente estamos ante una preocupante pérdida de alumnos, motivada quizás por los centros concertados y privados que tenemos alrededor, por el escaso apoyo de la administración que año tras año nos pone en los listados con cero plazas disponibles o por la imagen injusta que el centro tiene en el barrio a pesar de ser uno de los tres centros de Innovación Tecnológica de todo Madrid centro.
Por todo ello, se me ocurrió realizar una serie de videos y mostrar la riqueza que tiene un centro como el mío.
Hoy publicamos, y digo publicamos porque no solo he sido yo, Paco y Rita estuvieron ahí conmigo aportando su experiencia, conocimiento y horas de trabajo desinteresado, el primero de una serie de videos.
Este primer video une a dos personas que admiro profundamente, tanto por su categoría humana como por su sabiduría y su saber hacer con sus alumnos. Son Luis Carlos Torrescusa y Antonio Pérez, ambos profesores del IES Salvador Dalí, Luis Carlos de Educación Física y Antonio de Matemáticas.
Y sin más, aquí os dejo el video. Espero que lo disfrutéis tanto como nosotros en hacerlo.
Indispensable hablar, escuchar y reflexionar sobre estas cuestiones en cada centro educativo, en los ámbitos políticos y en las familias. Explicar que nuestro sistema no sólo desaprovecha el talento natural de los alumnos sino que convierte a los centros educativos en una obsoleta fábrica de piezas a punto de ser descatalogadas y a los docentes en desmotivados continuistas del pasado.
ResponderEliminarEnhorabuena por la iniciativa y mil gracias por compartir con todos esta brillante conversación.
Me parece fantástica la idea, espacios para la reflexión, compartir las opiniones con el mundo y reivindicar las verdaderas habilidades para esos futuros ciudadanos. Suscribo las ideas que nuestros colegas transmiten en su conversación, que no se queden en los pasillos o en la sala de profesores o en el departamento de turno, que se muestre el alma del centro. Ningún centro es mejor que sus profesores.
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